EL PIE EN EL FLAMENCO
En este artículo exponemos los resultados de las áreas más frecuentes de dolor y lesiones en el pie de los bailarines de flamenco.
Los resultados más relevantes fueron la alta incidencia de metatarsalgia (afección dolorosa del metatarso) y erosiones en la piel.
El baile flamenco es una danza que expresa el sentimiento de un pueblo cuyas raíces se encuentran en el sur de España. Recoge varias influencias artísticas y en la mayoría de sus formas dominan los movimientos rápidos, siendo característico el braceo y el taconeo de los pies.
Concretamente si analizamos la técnica del “zapateao”, con los pies podemos hacer golpes con la punta de los dedos, con la cabeza de los metatarsianos (MTT), con el tacón y con toda la planta del pie. También hay movimientos de fregamiento del pie con el suelo, giros encima de los MTT y de las puntas, saltos con caídas enérgicas encima de las diferentes partes del pie y otros movimientos más complejos de combinación de estos otros básicos. Así pues, el pie recibe impactos constantemente y de gran intensidad, siendo un gran foco de posibles lesiones tanto a nivel cutáneo, ungueal, como estructural.
El flamenco es un arte que nace de las emociones y éstas como tales se expresan con movimientos suaves, rápidos, enérgicos con una gran fuerza en miembros inferiores y tronco así como en los brazos, también una gran coordinación y propiocepción en la ejecución de estos movimientos.
Aquí nos centraremos en el gesto y molestias o patología de la zona de los pies. Los pies tienen un papel muy destacado en la determinación de esta danza llevando a cabo fuertes golpes ya sea con la punta, con la cabeza de los metatarsianos o con el talón. A todo esto se le debe añadir las horas seguidas que se pasan bailando flamenco sin descanso alguno, en un zapato terso con un tacón que puede ser de 6 centímetros y medio o bien de 4 y medio. Además en muchas ocasiones las representaciones se llevan a cabo en escenarios que no están en buenas condiciones, en especial suelos inadecuados. Independientemente de la morfología estructural (valgo/varo, plano/escavado, supinado/ pronado, etc) utilizan el mismo calzado y hacen el mismo trabajo musculoesquelético.
Las “bailaoras” tampoco acostumbran a realizar ningún tipo de estiramiento ni movilización activa podal sin el zapato, previamente ni posteriormente a la práctica de esta danza. Por lo tanto, a causa de estos posibles factores hemos visto que pueden derivar al cabo del tiempo con afectaciones tanto a nivel de la piel con erosiones, como a nivel de las uñas con hematomas subungueales y traumatismos y algias centradas sobretodo en la cabeza de los MTT, bóveda, talón y cabeza del primer MTT por su parte interna.
Como conclusión cabe destacar que se debe tomar conciencia de la problemática que existe con las bailarinas de flamenco a nivel podal. Ellas no son realmente conscientes hasta al cabo de algunos años, y las que se dan cuenta de ello no ponen remedio hasta que el problema les imposibilita bailar.
Como recomendaciones destacaríamos en primer lugar que deberíamos pensar en una actuación principalmente preventiva de cara a evitar la aparición de estos problemas. Un papel importante lo tendría una buena preparación física sin el calzado utilizado para el flamenco. Dicha preparación consistiría en realizar en primera instancia una tabla de estiramientos. Para que haya buen equilibrio musculoesquelético y sobre todo un buen trofismo muscular a nivel podal, tendremos que tener en cuenta la globalidad de las cadenas musculares y realizar estiramientos a nivel de las extremidades inferiores en su totalidad (a parte estiraremos el resto del cuerpo pero no entra dentro del tema que tratamos). Estiraremos la cadena de flexión, la de extensión, la de cierre y la de apertura. Sobretodo insistiremos en la cadena posterior ya que ésta se haya normalmente muy sobrecargada. Esto ocurre por el mero hecho de bailar encima de un talón de 4 centímetros y medio y en el caso de las bailarinas de flamenco más profesionales o las que así lo prefieran, de 6 centímetros y medio.
A parte de este trabajo más general, también tendrían que realizar un trabajo específico del pie con auto movilizaciones pasivas y activas sobretodo del antepié y mediopié ya que se haya muy rígido.
Haremos estiramientos en apertura del pie para elastificar la musculatura intrínseca de éste. Recomendamos un ejercicio de elastificación de la fascia plantar y de movilización del pie apoyando éste encima de una pelota de tenis y desplazarlo por todo el recorrido plantar con una ligera presión.
Para acabar de elastificar haremos un trabajo de los dedos que frecuentemente se hayan en garra:
– los estiraremos en extensión juntamente con flexión dorsal de pie. – en flexión con una flexión plantar de pie.
Realizaremos pequeñas tracciones de las falanges y acabaremos movilizando los dedos en abducción introduciendo los dedos de la mano entre los del pie e imprimiendo movimientos rotacionales en ambos sentidos.
Dentro de este trabajo musculoesquelético, también se tendría que hacer una pauta de potenciación global de la EI y el pie combinado con un trabajo de propiocepción. De esta forma tendremos preparado el pie para bailar habiéndole dado una buena base de elasticidad, fuerza y sobretodo estabilidad para evitar apoyos incorrectos que vician el gesto, sobrecargas o incluso lesiones a nivel podal.
Siguiendo dentro de una actuación preventiva, este estilo de Danza deberían valorar la utilización de diversos materiales que se hayan en el mercado (lociones, cremas, etc.) para evitar las lesiones de la piel y uñas.
En danza clásica cada vez se utilizan más ya que las puntas también originan daños de este tipo. En ocasiones deberemos recurrir a la utilización de alguna ortesis acoplada dentro del zapato según la morfología del pié o problema clínico que presente.
La callosidad y el grosor de la uña aumentado es una protección natural de la agresión que sufre el pie en el flamenco, por ello no siempre deben eliminarse en su totalidad. Aún así, se tendrá que estudiar bien la causa.
Es importante de concienciar a las “bailarinas de flamenco” que a la mínima sintomatología acudan al servicio médico especialista y así poder aplicar el tratamiento adecuado. Para ello se requiere de todo un equipo multidisciplinario incluyendo al médico, fisioterapeuta y podólogo entre otros.
De esta forma a parte de la actuación terapéutica apropiada también se podría llevar a cabo una pauta preventiva totalmente individualizada del trabajo de calentamiento que requieren según el desequilibrio musculoesquelético que presenten.
Así pues también será de gran trascendencia informar adecuadamente a las “bailaoras” de todos estos recursos preventivos y terapéuticos, de esta forma tendrán conciencia que para bailar bien y muchos años deberán disponer de un buen estado de salud de los pies.
Los resultados más relevantes fueron la alta incidencia de metatarsalgia (afección dolorosa del metatarso) y erosiones en la piel.
El baile flamenco es una danza que expresa el sentimiento de un pueblo cuyas raíces se encuentran en el sur de España. Recoge varias influencias artísticas y en la mayoría de sus formas dominan los movimientos rápidos, siendo característico el braceo y el taconeo de los pies.
Concretamente si analizamos la técnica del “zapateao”, con los pies podemos hacer golpes con la punta de los dedos, con la cabeza de los metatarsianos (MTT), con el tacón y con toda la planta del pie. También hay movimientos de fregamiento del pie con el suelo, giros encima de los MTT y de las puntas, saltos con caídas enérgicas encima de las diferentes partes del pie y otros movimientos más complejos de combinación de estos otros básicos. Así pues, el pie recibe impactos constantemente y de gran intensidad, siendo un gran foco de posibles lesiones tanto a nivel cutáneo, ungueal, como estructural.
El flamenco es un arte que nace de las emociones y éstas como tales se expresan con movimientos suaves, rápidos, enérgicos con una gran fuerza en miembros inferiores y tronco así como en los brazos, también una gran coordinación y propiocepción en la ejecución de estos movimientos.
Aquí nos centraremos en el gesto y molestias o patología de la zona de los pies. Los pies tienen un papel muy destacado en la determinación de esta danza llevando a cabo fuertes golpes ya sea con la punta, con la cabeza de los metatarsianos o con el talón. A todo esto se le debe añadir las horas seguidas que se pasan bailando flamenco sin descanso alguno, en un zapato terso con un tacón que puede ser de 6 centímetros y medio o bien de 4 y medio. Además en muchas ocasiones las representaciones se llevan a cabo en escenarios que no están en buenas condiciones, en especial suelos inadecuados. Independientemente de la morfología estructural (valgo/varo, plano/escavado, supinado/ pronado, etc) utilizan el mismo calzado y hacen el mismo trabajo musculoesquelético.
Las “bailaoras” tampoco acostumbran a realizar ningún tipo de estiramiento ni movilización activa podal sin el zapato, previamente ni posteriormente a la práctica de esta danza. Por lo tanto, a causa de estos posibles factores hemos visto que pueden derivar al cabo del tiempo con afectaciones tanto a nivel de la piel con erosiones, como a nivel de las uñas con hematomas subungueales y traumatismos y algias centradas sobretodo en la cabeza de los MTT, bóveda, talón y cabeza del primer MTT por su parte interna.
Como conclusión cabe destacar que se debe tomar conciencia de la problemática que existe con las bailarinas de flamenco a nivel podal. Ellas no son realmente conscientes hasta al cabo de algunos años, y las que se dan cuenta de ello no ponen remedio hasta que el problema les imposibilita bailar.
Como recomendaciones destacaríamos en primer lugar que deberíamos pensar en una actuación principalmente preventiva de cara a evitar la aparición de estos problemas. Un papel importante lo tendría una buena preparación física sin el calzado utilizado para el flamenco. Dicha preparación consistiría en realizar en primera instancia una tabla de estiramientos. Para que haya buen equilibrio musculoesquelético y sobre todo un buen trofismo muscular a nivel podal, tendremos que tener en cuenta la globalidad de las cadenas musculares y realizar estiramientos a nivel de las extremidades inferiores en su totalidad (a parte estiraremos el resto del cuerpo pero no entra dentro del tema que tratamos). Estiraremos la cadena de flexión, la de extensión, la de cierre y la de apertura. Sobretodo insistiremos en la cadena posterior ya que ésta se haya normalmente muy sobrecargada. Esto ocurre por el mero hecho de bailar encima de un talón de 4 centímetros y medio y en el caso de las bailarinas de flamenco más profesionales o las que así lo prefieran, de 6 centímetros y medio.
A parte de este trabajo más general, también tendrían que realizar un trabajo específico del pie con auto movilizaciones pasivas y activas sobretodo del antepié y mediopié ya que se haya muy rígido.
Haremos estiramientos en apertura del pie para elastificar la musculatura intrínseca de éste. Recomendamos un ejercicio de elastificación de la fascia plantar y de movilización del pie apoyando éste encima de una pelota de tenis y desplazarlo por todo el recorrido plantar con una ligera presión.
Para acabar de elastificar haremos un trabajo de los dedos que frecuentemente se hayan en garra:
– los estiraremos en extensión juntamente con flexión dorsal de pie. – en flexión con una flexión plantar de pie.
Realizaremos pequeñas tracciones de las falanges y acabaremos movilizando los dedos en abducción introduciendo los dedos de la mano entre los del pie e imprimiendo movimientos rotacionales en ambos sentidos.
Dentro de este trabajo musculoesquelético, también se tendría que hacer una pauta de potenciación global de la EI y el pie combinado con un trabajo de propiocepción. De esta forma tendremos preparado el pie para bailar habiéndole dado una buena base de elasticidad, fuerza y sobretodo estabilidad para evitar apoyos incorrectos que vician el gesto, sobrecargas o incluso lesiones a nivel podal.
Siguiendo dentro de una actuación preventiva, este estilo de Danza deberían valorar la utilización de diversos materiales que se hayan en el mercado (lociones, cremas, etc.) para evitar las lesiones de la piel y uñas.
En danza clásica cada vez se utilizan más ya que las puntas también originan daños de este tipo. En ocasiones deberemos recurrir a la utilización de alguna ortesis acoplada dentro del zapato según la morfología del pié o problema clínico que presente.
La callosidad y el grosor de la uña aumentado es una protección natural de la agresión que sufre el pie en el flamenco, por ello no siempre deben eliminarse en su totalidad. Aún así, se tendrá que estudiar bien la causa.
Es importante de concienciar a las “bailarinas de flamenco” que a la mínima sintomatología acudan al servicio médico especialista y así poder aplicar el tratamiento adecuado. Para ello se requiere de todo un equipo multidisciplinario incluyendo al médico, fisioterapeuta y podólogo entre otros.
De esta forma a parte de la actuación terapéutica apropiada también se podría llevar a cabo una pauta preventiva totalmente individualizada del trabajo de calentamiento que requieren según el desequilibrio musculoesquelético que presenten.
Así pues también será de gran trascendencia informar adecuadamente a las “bailaoras” de todos estos recursos preventivos y terapéuticos, de esta forma tendrán conciencia que para bailar bien y muchos años deberán disponer de un buen estado de salud de los pies.
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